domingo, 6 de junio de 2010

Mi nueva adquisición

Tras visitar la Feria del Libro y ver bastantes libros que desearía comprar, y debido a mi bajo nivel adquisitivo, decidí por quedarme con el libro "El sanador de caballos" de Gonzalo Giner.

Un pequeño resumen del libro está aquí:

La aventura de un veterinario en la Edad Media Durante un ataque sarraceno, Diego de Malagón, hijo de un posadero, es testigo del secuestro de sus hermanas. Consigue huir a Toledo donde conoce a Galib, un veterinario mudéjar de gran prestigio, que le acoge como aprendiz y le muestra el poder y la belleza de la albeitería, la ciencia que estudia la curación de los animales más importantes para los hombres: los caballos. Pero a causa de un malentendido con la esposa de Galib, Diego debe salir huyendo de nuevo. A partir de ese momento, el protagonista de esta novela hurgará en las entrañas de la biblioteca de un monasterio cisterciense para descubrir los secretos más recónditos del saber, y formará parte de un selecto grupo de espías que se infiltrará, en Sevilla, capital del califato musulmán. Allí el albéitar llegará a ser una pieza fundamental en la renombrada batalla de las Navas de Tolosa en la que los cristianos sentenciaron a su favor la reconquista española.


Aprovecho para recomendaros una caseta en la que podréis comprar los clásicos a tan solo 2,70 € cada uno. Podréis encontrar todo tipo de libros pasando por Benito Pérez Galdós, Shakespeare hasta Nietzsche.

miércoles, 26 de mayo de 2010

La venganza de Don Mendo

Ayer tuve la oportunidad de asistir a la obra La venganza de Don Mendo en el teatro Alcázar, y me encantó.

Se la recomiendo a todo el mundo, los precios oscilan entre los 15 y 16 euros, dependiendo del sitio que elijáis.

Aquí os dejo un pequeño fragmento de Youtube



¡Venganza, cielos, venganza!

Juro, y al jurar te ofrendo,
que los siglos en su atruendo
habrán de mí una enseñanza
pues dejará perduranza
la venganza de don Mendo.

¡LA FERIA DEL LIBRO YA ESTÁ AQUÍ!

Os animo a todos a que os paséis por allí, a dar una vuelta, y ya de paso a comprar algún libro, que nunca está mal empezar una nueva "aventura" y más ahora que llega el verano y las vacaciones.
En la página oficial está todo lo que os puede interesar, fechas, firmas, actividades...



¡Ánimo y a disfrutarla!

lunes, 10 de mayo de 2010

El éxito

"Reírse a menudo y mucho; ganarse el respeto de la gente inteligente y el afecto de los niños ... dejar el mundo mejor que cómo lo encontramos ... saber que incluso una vida ha respirado más fácil gracias a que tú has vivido. Eso es haber tenido éxito"

domingo, 9 de mayo de 2010

Los dos patitos, la niña bonita, la mala pata...


Existía hace años la costumbre de jugar al bingo en las casas. Tras las comidas o cenas de fechas señaladas, se preparaba un pequeño bombo con bolas en su interior. Se repartía entre los jugadores unos cartones en los que, según iban saliendo las bolas, se tachaba los números hasta que alguien completaba todos los de un cartón y se convertía en ganador tras el clásico grito de “¡Han cantado bingo!”.

Lo curioso del asunto es que muchos de los números tenían una denominación que había que conocer si uno quería jugar con posibilidades. Así, la persona que cantaba los números no decía 15, sino que declamaba: la niña bonita; el 1 era el galán o el pequeño, y el 13, obviamente, la mala pata. De este modo, los apelativos de las cifras se iban recitando, según iban saliendo del bombo, como una letanía. Lo más normal es que el nombre tuviera que ver con la forma del número. Por ejemplo, el 11 era las banderillas, y el 22, los dos patitos o las monjas arrodilladas.

También había números que tenían distintos alias en diferentes zonas o provincias. Así, el 88 podía ser, dependiendo del sitio y sin razón aparente, los bombos de Soria o las calabazas, que era como se le denominaba en otras ciudades españolas. Lo mismo ocurría con el 77, que era normalmente las dos banderas, aunque en algunas localidades se convertía en las banderas italianas.

La edad de Cristo

Otras veces, el nombre tenía que ver con el significado, siquiera metafórico. Es el caso del 33, que se convertía en la edad de Cristo; el 90, en el abuelo; el 99, en la agonía y el 0, evidentemente, en la muerte. Había también casos en que la relación entre el número y su significado no era, ni mucho menos, tan fácil de asociar: el 48 era inexplicablemente el borrego; el 44, el cuacaraca-cuacara; y el 55, los civiles. Lo que todo el mundo sabía es que, cuando salía el veintiuno, había que gritar a la vez... ¡uno!


"No es el 22, sino los dos patitos". Muy interesante no. 348 (2010): 48

viernes, 7 de mayo de 2010

La maravillosa vida breve de Óscar Wao


He de reconocer, que el libro lo escogí ya que el profesor comentó que era bastante bueno. También he de reconocer que al principio el libro no me pareció para nada interesante, pero a medida que lo fui leyendo me encontré con una idea del todo diferente. Sin duda es uno de los mejores libros que he podido leer en este último año.

De todo el libro, me quedaría con esa imagen que le da a la mujer, de “mujer fuerte”, con un gran carácter y que lucha por lo que quiere a pesar de que todo esté en su contra (Fukú). Hay quien podría decir que el título del libro “La maravillosa vida breve de Óscar Wao” no es muy adecuado ya que la mayoría de las historias que en el se cuentan no tratan de Óscar, pero yo diría que gracias a ella nos adentramos mucho mejor en la personalidad de Óscar y en su vida. Creo que es la historia de Óscar Wao, y con él de su familia, pues sin los que le rodean no se entendería su vida.

También me ha sorprendido el toque de humor-tragedia que durante todo el libro podemos observar.

La verdad es que es una historia bastante compleja para leer, ya que se organiza en diferentes capítulos y no están ordenados cronológicamente. Personalmente, tuve que leer el libro varias veces para poder comprenderlo del todo.

El personaje de Óscar, me recuerda bastante a Ignatius, el personaje principal de La conjura de los necios. En un principio iba a ser mi lectura. Es un tipo gordito, sin suerte a la hora de sociabilizarse, bastante nerd y al que le apasionan las historias de ciencia ficción.

Finalmente tengo que añadir mi visión sobre el mensaje que el autor quiere transmitir y es que por mucho que nos esforcemos, nuestro destino siempre nos persigue, y eso es lo que le pasa a Óscar, por mucho que se empeña en tener una vida feliz, normal como las demás personas, no lo consigue, y cuando al final lo haya, con el también la muerte.

Es un libro que se lo recomendaría a todo el mundo, ya que es bastante sencillo de leer y enseguida te haces con él. Para los amantes de la historia sería muy interesante ya que Junot Díaz hace una crítica a época de Trujillo.

lunes, 3 de mayo de 2010

Mi libro favorito (y mi fragmento favorito)

Entonces apareció el zorro:

-¡B
uenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vió nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -díjo la voz.
-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.

Pero después de una breve reflexión, añadió:

-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear vínculos... "
-¿Crear vínculos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.

El zorro pareció intrigado:

-¿En otro planeta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro.

Y después volviendo a su idea:

-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sól. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.

El zorro se calló y miró un buen rato al principito:

-Por favor... domestícame -le dijo.
-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no fienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
-¿Qué debo hacer? -preguntó el príncipito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio ún poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El principito volvió al día siguiente.

-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así el precio de la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -inquirió el principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:
-¡Ah! -dijo el zorro-, creo que voy a llorar.
-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte desdichado, pero tú me pediste que te domesticara...
-Sí -dijo el zorro.
- ¡Pero vas a llorar!, -dijo él principito.
-¡Sí! -dijo el zorro.
-Entonces, no ganas nada.
-Gano -dijo el zorro-por el color del trigo.

Y luego añadió:
-Ve y mira nuevamente a las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós y te regalaré un secreto.

El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:

-No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún.Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:

-Sois bellas, pero estáis vacías. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece.Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.

Y volvió con el zorro.

-Adiós -le dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, es bien simple : no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito con el fin acordarse.
-El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
-Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo.